La guerra de Corea comenzó en el año 1950 y técnicamente este conflicto jamás se ha detenido completamente, no hay ningún tratado de paz que así lo contemple tan solo en 1953 las dos regiones que antes eran una firmaron un armisticio temporal que estableció una zona desmilitarizada que separase ambas Coreas.

Durante los años 70 la ONU organizó varios puestos de mando en esta zona de distensión para ayudar a controlar, en la medida de lo posible, la situación. Uno de los más peligrosos era el número 3. Al ser el más septentrional de todos se encontraba más aislado que el resto, cosa que aprovecharon los coreanos del norte para secuestrar a algunas personas de este puesto de control. Por eso decidieron mantener en estrecha vigilancia este puesto, lo que se encontraron es que un gran follaje y sobre todo un árbol les bloqueaba la vista para esta tarea.

Así el 18 de agosto de 1976 el ejército surcoreano a órdenes de la ONU envió a cinco soldados escoltados por una docena de soldados estadounideneses a cortar el álamo y despejar la zona de maleza. Debido al acuerdo que mantenía que en aquella zona no se podía portar armas de fuego, los soldados tan solo llevaban hachas y machetes.

Cuando comenzaron a podar la zona soldados de la parte norte aparecieron en el lugar afirmando que ese árbol lo había plantado Kim Jong Il y que debían cejar su tarea y abandonar la zona de distensión. Tras increparse mutuamente y tener algún encontronazo físico las tropas del norte se hicieron con las hachas y los machetes y atacaron al grupo del sur matando a al capitán Arthur Bonifas y al teniente Mark Barret (ambos estadounidenses) e hiriendo a ocho personas más. El incidente fue grabado desde el puesto de observación número 5 por la ONU y ambos lideres de norte y sur fueron informados de inmediato. 

El árbol seguía allí y los americanos querían terminar el trabajo. Para ello se puso en marcha la Operación Paul Bunyan 3 días después, para la cual se movilizaron doce soldados del cuerpo de ingenieros de los Estados Unidos, pertrechados con motosierras, y custodiados por sesenta soldados fuertemente armados y apoyados por dos helicópteros de combate y bombarderos B-52. Por su parte, Corea del Norte, movilizó a cientos de soldados y varias piezas de artillería e instaló nidos de ametralladora cerca del puesto de control número 3. Durante poco más de 50 minutos el árbol fue cortado dejando tan solo su tocón en la zona, 50 minutos en los que un disparo por error podría haber sumido al mundo en un conflicto a gran escala.

Ya en los años 80 se abandonó el puesto de control número 3 y se arrancó el tocón que quedaba del álamo colocando en su lugar un monumento recordando a las víctimas de aquel día.