viernes, 6 de marzo de 2015

LA FOTOGRAFÍA DEL ASTRONAUTA DE SOLWEY

El 24 de mayo de 1964 Jim Tempelton, un bombero de Carlisle, al norte de Inglaterra, llevó a su mujer y su hija fuera del bullicio de la ciudad para pasar una apacible tarde en el Fiordo de Solway y poder sacar unas cuantas fotos juntos. La jornada transcurrió sin ningún contratiempo, aunque el matrimonio notó que el ambiente estaba cargado con algo inusual, como si una tormenta se estuviese aproximando.



Días después, Tempelton fue a revelar sus fotografías y se sorprendió mucho cuando el dependiente de la tienda le dijo que era una lastima que la mejor fotografía del carrete, una que le había realizado a su hija Elizabeth, estuviese arruinada por culpa del hombre que se encontraba tras ella. En ese momento, Jim Tempelton extrañado, revisó las fotos y vio horrorizado algo que cambiaría su vida para siempre. Una figura de color plateado y con un traje muy parecido al de un astronauta aparecía detrás de su hija.


Tempelton comenzó a obsesionarse con la fotografía y decidió mostrársela a la gente de Carlisle para ver si alguien podía darle una explicación sobre quién o qué era la misteriosa figura detrás de la niña. La foto fue publicada por la prensa en todo el Reino Unido y nadie era capaz de dar una explicación lógica a lo que veía tanto que Templeton envió la fotografía a los laboratorios de Kodak en Londres, quienes determinaron que la foto no había sufrido ningún tipo de manipulación. 


Semanas después de esto, dos misteriosas personas vestidas de negro aparecieron en la casa de Templeton y su familia para realizarle numerosas preguntas sobre las circustancias de la toma. Los dos hombres (que se referían a sí mismo con números en lugar de nombres y conducían un jaguar de color oscuro) acompañaron a Templeton hasta el lugar exacto donde tomó la fotografía. Una vez allí, le preguntaron por el ambiente climatológico, la sensación ambiental, el comportamiento de las aves, el nivel de humedad y la temperatura de la zona durante aquella tarde. También le preguntaron a cerca de sus sensaciones o si había sufrido algún tipo de nauseas o cambios en su comportamiento y humor.


Después de todas estas preguntas los hombres de negro intentaron convencer a Templeton que lo que había fotografiado no era más que un hombre caminando, cosa que Templeton les negó continuamente. Tras fracasar en su intento de que el bombero admitiese la versión falsificada fue arrojado del coche en marcha teniendo que volver a casa caminando más de ocho kilómetros.


Cincuenta años después todavía nadie ha podido desmentir que la fotografía no sea real y aunque algunos escépticos defiende que es la mujer de Templeton en lugar de un ser del espacio. La realidad es que el encuentro con los misteriosos hombres vestidos de negro, la gestión de la policía a la hora de intentar desmentir el suceso y fracasar en el intento y que ningún miembro de la familia Templeton vio a nadie hasta que las fotos no fueron rebeladas hacen que las teorías negacionistas pierdan peso en el caso del astronauta de Solwey





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