lunes, 30 de marzo de 2015

JASPER MASKELYNE, EL MAGO QUE HIZO DESAPARECER ALEJANDRÍA

Jasper Maskelyne nació en 1902 en el seno de una familia de magos. Su padre y su abuelo fueron reputados ilusionistas por lo que Jasper nació y se crió en un ambiente de trucos de ilusionismo (trucos de desapariciones, de baúles atravesados por espadas, etc...). Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló ya era un conocido ilusionista en Inglaterra y debido a que sus habilidades en el campo del ilusionismo estaban fuera de lo común decidió ponerlas al servicio del Imperio Británico.


Al principio Maskelyne no lo tuvo fácil para alistarse. Fue rechazado debido a su edad pero su insistencia consiguió que, en 1940, fuese admitido en el Real Cuerpo de Ingenieros, donde recibió entrenamiento sobre camuflaje. En 1941 sería destinado al Norte de África, en el Cairo fue promocionado como oficial al cargo de la Sección Experimental de Camuflaje y sería allí donde se convertiría en uno de los héroes más curioso del bando Británico durante la Segunda Gran Guerra.


El primer reto al que se enfrentó el mago en el Cairo fue el de disfrazar un tanque Matilda, para el cual diseñó una carcasa metálica recubierta por una lona que le proporcionaba una forma de camión, desde cierta altura y distancia el engaño daba resultado. Esto fue denominado como escudo solar. Aunque sus trucos para esconder los tanques británicos de los ojos del Eje no fueron tan bien como esperaba sus ilusiones pronto sorprenderían a los alemanes y al resto del mundo



La ciudad de Alejandría se había convertido en objetivo constante de los bombardeos alemanes y el ejército británico tenía un plan para revertir la situación. Para ello Jasper Maskelyne construyó en una bahía cercana una réplica a pequeña escala del puerto de la ciudad. En la maqueta colocaron artillería anti-áerea para que su defensa fuese creíble y los pilotos alemanes se tragasen el anzuelo y vaya si lo hicieron. Cuando la aviación alemana atacaba el puerto las luces de este se apagaban y se encendían las de la replica. A la mañana siguiente colocaban escombros y pinturas simulando cráteres en el puerto real para parecer que habían sufrido daños durante los bombardeos. Este truco lo realizaron hasta que el mando alemán decidió que el puerto ya no era un objetivo primordial y enviaron recursos a otros frentes.


Una vez solucionado el problema con el puerto Jasper quiso superarse a sí mismo. Los alemanes continuaban con sus agresivas campañas por el mundo y el alto mando británico temía que fuesen capaces de dañar el canal de Suez lo suficiente como para cortar los suministros entre el Mediterráneo y Asia. Para resolver esto Maskelyne realizó el mayor truco de desaparición de la historia. Creando un muro de luz sobre el canal mediante proyectores estroboscópicos inundó el cielo con luces giratorias que cegaron a los pilotos alemanes provocando que más de uno se estrellara.

Luz estroboscópica

Los logros de Maskelyne se iban acumulando y fue durante la Operación Bertram donde realizó su aportación más decisiva de la Guerra. Maskelyne construyó un ejército de pega, con muñecos y tanques de armazones y lonas, que fueron desplegados por el sur de El Alamein. El falso ejército engañó a Rommel y las tropas británicas, al mando del General Montgomery, atacaron por el norte con sus tanques disfrazados con los escudos solares. El éxito de esta batalla consiguió el fin de la ocupación nazi en el Norte de África.



A parte de lo ya mencionado, Jasper Maskelyne, destacó por sus recursos a la hora de adiestrar espías y por sus tácticas de escape en el caso de que algún soldado cayese prisionero. Diseñó uniformes con todo tipo de artilugios escondidos e incluso desarrolló una pasta ignífuga que ayudó a los pilotos a no arder si se incendiaba o se estrellaba sus aviones. Una vez que terminó la Guerra volvió a Londres donde se dedicó a realizar actuaciones como mago. En 1973 moriría en Kenya. 


Muchos son los que dudan de que las proezas de Maskelyne durante la Segunda Guerra Mundial sean ciertas pues toda esta información proviene de su autobiografía, Magic: Top Secret, escrita en 1949. Se cree que el mago exageró sus hazañas y no será hasta el año 2046 que los documentos acerca de todo lo relacionado con Jasper Maskelyne durante la Segunda Guerra Mundial no serán desclasificados.


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